Es difícil creer que Dios usa las circunstancia en la vida que desilucionan. Pero confiar en que Él obra a través de las malas intenciones de otros es muchísimo más difícil. Una cosa es cuando hay que cancelar el picnic de la iglesia por las lluvias, pero es algo muy diferente cuando un "amigo" en el trabajo miente deliberadamente con el fin de conseguir tu puesto.
Cuando suceden cosas como una traición, una muralla de frustración opaca nuestra relación con Dios. Preguntamos: ¿Por qué permitio que sucediera? ¿Acaso no sabía qué iba a pasar?
Cuando nuestra frustración se convierte en dudas, perdemos la confianza en el interés y la preocupación de Dios por nuestras vidas. Si realmente se preocupa por nosotros, ¿por qué nos dejo sufrir en manos de los adversarios?
Para librarnos de las dudas y resentimientos que solemos tener contra Dios cuando otros nos hieren intencionalmente, hay que ver el principio que José enució: "Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien..." Con todo el rechazo y abuso que José experimentó por manos de sus hermanos, Dios no lo abandonó. Al contrario, fue por medio del abuso que José experimentó que Dios obró para realizar su plan divino.
Hay un problema. Para que Dios transforme las circunstancia negativas en positivas tenemos que seguir fieles durante todo el proceso. Imagínate qué hubiera sucedido si José se hubiera dejado amargar en contra de Dios y su familia. Esta historia no tendría tan feliz final.
Fue la fidelidad de José durante todo el proceso la que le dio a Dios la libertad para lograr su plan divino.
¿Has sido maltratado? ¿Se ha visto sacudida tu fe en la bondad y soberanía de Dios? ¿Está dispuesto a comenzar una renovacion de tu mente a la verdad de que Él pueda usar para tu bien y Su gloria lo que la gente hizo para dañarte?


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