El mundo está pasando por una de sus peores fases, según dicen los entendidos. Hay crisis mundiales, existe hambre, desempleo, una depresión colectiva. Que si hay calentamiento global, que si los glaciares se derretirán, que si nos inundaremos y no habrá un mañana.
Y como jóvenes, lo que quisieramos saber ante todas estas cosas que escuchamos a diario y que leemos cada mañana en el diario matutino, es si tendremos un futuro. ¿Habrá lugar para soñar y poner nuestras ilusiones en perspectiva?
¿Existirá entre ese marasmo de catástrofes un lugar para hacer un rinconcito feliz y vivir a plenitud? Y ¿dónde quedarán todos esos sueños que hemos elaborado y estamos tratando de construir? ¿Tendremos tiempo para amar, criar hijos felices y establecer familias? ¿Podremos alcanzar nuestros sueños más altos?
Cuando pones tu vida en las manos de Dios todo es posible. Cuando le entregas tu vida y le haces el centro de la misma. Aún cuando todo este desmoronándose a tu alrededor, Dios te da la capacidad de ser feliz. El te cubre, el guia tus pasos y se asegura que no te toque la catástrofe, que no te toque el destruidor. Que las aguas, ni las corrientes te aneguen. Que el fuego no te queme. Esas son promesas escritas en el Libro Eterno, en la Biblia.
Aunque andes entre saetas y aunque caigan a tu lado mil y diez mil, tu no debes temer mal alguno, porque tu Dios, al que has puesto como centro de tu vida, estará contigo.
Y entonces... darás paso a una vida segura, a un futuro prometedor, a realizar tus planes y establecer tus sueños... porque cuando duermas... y cierres tus ojos, a la par de tu ser amado, tendrás la certeza en tu corazón... de que no se duerme tu guardador.
Lore.17.08.08
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