Las personas tienen mucha sed y hambre de Dios, les contare algo que paso anoche.
Íbamos un grupo de la iglesia camino hacia mi casa y nos detuvimos en un colmado a comprar un refresco y un hombre se nos acerco para que le predicáramos, nos dijo que estaba jarto de vivir en el pecado y que él sabía que era un pecador, que necesitaba arrepentirse y nos pidió que oráramos por él y ese hombre lloro como un niño. Yo nunca había visto a nadie como a ese señor, a él se le notaba la necesidad de Jesús.
Hay muchos cristianos (incluyéndome) que no vemos esa necesidad de Jesús en los incoversos.
Publicar un comentario